Siempre digo que las culturas ancestrales se merecen todo nuestro respeto, y en cada uno de nosotros sería inteligente extraer toda la información que nos sea útil, que son el resultado de generaciones y generaciones de seres humanos que basan su conocimiento sobre todo en la experiencia.

Pero no solo nuestra sabiduría humana puede ser inspiración, también podemos encontrar referencias realmente motivadoras en el mundo animal. ¿Qué ocurre entonces si extraemos conocimientos tanto de la cultura ancestral como del mundo animal?

El águila es un animal majestuoso, una de las aves más longevas de nuestro reino animal. Ha sido animal de referencia en multitud de civilizaciones como la egipcia, mayas o aztecas. También el poderoso imperio romano, hasta el día de hoy es usado como representación en banderas.

En el chamanismo, el águila es el animal tótem de los chamanes, y es el animal sagrado más poderoso. Simboliza la sabiduría y la espiritualidad, y en general su influencia nos ayuda a ver con claridad y perspectiva (mentalmente hablando).

Hay diferentes especies de águilas en todas partes del mundo y algunas de ellas pueden llegar a vivir hasta 70 años, y la envergadura de sus alas medir más de dos metros que le permite volar hasta más de 7.500 metros de altitud. Posiblemente lo más representativo del águila es su extraordinaria vista, y sus fuertes garras y pico.

Encuentra la inspiración para tu transformación personal en el mundo animal con el águila

Cuando llega la mitad de su vida, pierde las potentes capacidades de la mayoría de estas herramientas para su supervivencia. Sus plumas, pico y garras que hasta el momento han sido su herramienta de supervivencia, se vuelven inútiles.

El pico comienza a encorvarse cada vez más apuntando hacia su pecho y dificultando el vuelo. Las garras pierden dureza y las plumas se vuelven pesadas por el paso de los años. Es entonces cuando la vida del águila se vuelve más inspiradora, el momento dónde comienza su transformación personal.

En este momento solo tiene dos opciones. Continuar como hasta el momento y resignarse al fin de su existencia. O renovar sus herramientas a pesar de tener que pasar por un proceso largo y doloroso.

Si finalmente coma la segunda opción, el águila busca un lugar lo más alto posible donde no necesite volar y poder anidar durante su proceso de casi 6 meses. Comienza golpeando su pico contra las rocas hasta romperlo y arrancárselo, y espera pacientemente a que se regenere.

Con su nuevo pico se ayuda a arrancarse las viejas plumas y las garras para que nazcan unas regeneradas. Y después de este largo proceso que vive en soledad, el águila, comienza la segunda etapa de su vida, con sus herramientas renovadas y útiles que la acompañarán en su nueva vida.

Realmente, ¿no te parece inspirador? Me hizo pensar profundamente cómo es posible que aquellos aprendizajes y experiencias que nos acompañan durante un periodo de nuestra vida, tal vez se tornen inútiles, y a pesar del reto que suponga este proceso, está en nuestra mano elegir, cuáles de estos aprendizajes y herramientas ya no nos sirven.

Deshacernos de aquello que ya no es útil, que nos limita y nos hace más pesado nuestro camino y enriquecernos con nuevos aprendizajes y perspectivas que nos permiten vivir en plenitud la siguiente etapa en nuestra vida. Puede que sea el momento de una trasformación personal.

¿Alguna vez te has preguntado cómo es de útil para ti algo que aprendiste (emocionalmente hablando) cuando tenías por ejemplo 5 años? O sin ir tan lejos ¿hace 10 años?

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